“LA BUENA ACCIÓN DE YOSHÍO”
HISTORIAS DE TERROR, HISTORIAS DE TERROR INVENTADAS, CREEPYPASTAS DE TERROR CORTAS
Cuando Yoshío trató de ser bueno…
¡Holaaa!!!!!
Soy Yoshío…
Sé que siempre les traigo a este blog historias trágicas y llenas de odio, o historias de fantasmas que si las vivieras en carne propia, tal vez habrías perdido la razón.
Pero en esta ocasión acabo de recordar una real historia de amor…
Todo sucedió de la siguiente manera:
Yo me hallaba descansando en mi tumba, estaba un poco harto de crear conflictos que terminaban en muerte. Tan solo divagaba posando mi mirada en los gusanos de la tierra, y en mi amiga la rata que venía todas las tardes a mordisquearme los pies.
Mi cabeza se movía de un lado al otro, intentado encontrarle un sentido a la muerte, pero no le encontraba ninguno… estaba completamente aburrido.
De pronto… una joven mujer pasó casi corriendo por en frente de mi tumba mientras lloraba sin descanso… por primera vez los sentimientos de un humano me conmovían.
Ella se arrodilló frente a la tumba de al lado, dejando unas cuantas flores sobre ella.
Parecía que mi actual vecino había sido su novio, ella le pedía perdón por haberlo traicionado, y confesaba sentirse culpable de su temprana muerte. Ella creía que el joven de la tumba le escuchaba, pero no podía estar más equivocada, porque nadie más que yo sabe que ningún alma habitaba junto a mí.
Decía la muchacha que no podría vivir tranquila en tanto no supiera que él la había perdonado, imploraba a viva voz que le diera una señal, pero nada…
Me dio tanta pena por ella que mis vacíos ojos no podían apartarse de ella, y de sus lágrimas. Por primera vez en mucho tiempo hubiera deseado poder borrar la pútrida sonrisa que dibujaba mi boca por lo gastada de mi carne y mis labios carcomidos.
Decidí que era tiempo de hacer algo bueno por alguien, de manera que me trasladé a la morada de mi ausente vecino, tomé su cuerpo prestado, y en cuanto pude controlar sus manos, cabé con todas mis fuerzas aquel cúmulo de tierra que tenía sobre de mí.
Cuando terminé mi tarea de cava tumbas, saqué mi mano por sobre la tierra, y grité aún desde abajo:
- ¡Aquí está tu señal mi amor!… ¡te perdono!…
Reí al final para darle un toque de amabilidad a mis palabras… aún no sé por qué la pobre salió corriendo, pero no podía dejarla ir así, pues seguiría llorando frente a una tumba vacía.
Me abrí paso para poder salir de allí por completo, y comencé a perseguirla como pude.
Cabe decir que era de noche, y que mi cementerio era un laberinto en el cual era muy fácil perderse. Todos podían perderse allí… todos menos yo, y también la quise ayudar con eso, quería guiarla para que no se perdiera, pero cada vez que me aparecía en alguna esquina, ella corría en dirección contraria.
-¿Será que tengo mal aliento?
Esa era la pregunta que tenía en mente, y tal vez eso era, porque la escena se repitió miles de veces… ella siempre huía de mí.
Me asusté tremendamente por un instante, pues en lugar de dirigirse a la salida, había tomado camino hacia donde estaban las tumbas vacías… tenía miedo de que se cayera en una de ellas y como eran tan profundas, no podría salir.
Entonces recordé que había un atajo para llegar donde ella estaba, y fue precisamente lo que hice:
Me aparecí justo frente a ella… estiré mis brazos intentando calmarla, ella solo me miraba con temor, mientras se alejaba lentamente, y cuando ninguno de los dos nos dimos cuenta… dio un paso en falso y cayó en una de aquellas tumbas, golpeándose la cabeza al caer.
No pueden imaginar lo triste que me puse, porque aun cuando un despreciable ser del más allá como lo soy yo, intentaba hacer algo bueno por alguien… de todas maneras todo terminó en muerte.
Pero bueno pues
Echando a perder se aprende
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